A manera de confesión quiero
declarar que evito ver las noticias en la televisión por su continuo mensaje de
desesperanza, sin embargo los titulares del periódico lo acostumbro por la
facilidad que la tienda de enfrente de mi casa me proporciona; frecuentemente
me molesto por la explicita violencia que se muestra sin pudor, solo algunas
veces el enojo pasa a la indignación, sobre todo cuando se manejan temas de
salud mental con la acostumbrada ignorancia de los medios. Tal fue el
caso de una sonada noticia en la semana, donde con tintes amarillos describen
el suicidio consumado de un hombre que sin duda cursaba con un trastorno
psiquiátrico sin atención, ya no importa hablar de él, es demasiado tarde, pero
podemos tomarlo de ejemplo para ayudar a más personas y no solo alarmar a la
población con noticias irresponsables, que pueden incentivar a cometer un acto
similar a los que están en una situación parecida, esto se conoce como
“contagio del suicidio”.
Los medios de comunicación pueden
minimizar el riesgo de contagio proporcionando una información concisa de los
suicidios. Las noticias sobre suicidios no deben ser repetitivas, porque la
exposición prolongada puede aumentar la posibilidad del contagio en personas
vulnerables. El suicidio es el resultado de muchos factores, por lo que el
reportaje no debe dar explicaciones simplistas, como por ejemplo que un evento
negativo reciente en la vida de la persona ha sido la causa del suicidio.
Tampoco se debería divulgar una descripción detallada del método de suicidio
utilizado, glorificar a la víctima ni señalar que el suicidio fue efectivo en
lograr una meta personal. Estas mismas recomendaciones deberían aplicarse
a la información que se divulga a través de Internet, dado el uso masivo y
cotidiano de esta fuente de información.
El suicidio es una situación que
tiene varios factores que la hacen nacer y crecer, no es solo una ocurrencia
espontánea y dramática. La mayoría de los intentos suicidas están
realizados por personas que cursan alguna enfermedad mental, incluso el 70% de
ellos padece depresión grave, y el resto se distribuye entre esquizofrenia,
bipolaridad, obsesivo-compulsivo, ansiedad, trastornos de personalidad y
consumo de drogas. Sería importante que los medios de comunicación
informaran las verdaderas causas y sobre todo las vías para encontrar ayuda.
Existen factores estresantes que
pueden precipitar el intento suicida en personas vulnerables, tales como:
Una discusión con una persona importante o con alguien amado. La ruptura o
pérdida de una relación afectiva. El suicidio de un familiar, de un amigo
o de un personaje público. Abuso de alcohol o de otra sustancia. Un
reportaje sobre el suicidio o métodos de suicidio. La aparición o el
agravamiento de una enfermedad física o mental. Cambios inesperados en
las circunstancias de la vida como enfermedades crónicas o de transmisión
sexual. Experimentar un acontecimiento vital traumático, como abuso,
acoso o violencia. Pérdida de estatus social.
El suicidio es impredecible, sin
embargo podemos distinguir en la conducta del paciente datos de alarma que nos
lleven a ofrecer y garantizar la atención oportuna. Las siguientes
conductas son frecuentes entre personas que están considerando quitarse la
vida: Amenazan con dañarse o matarse. Buscan medios para suicidarse o hablan de
un plan de suicidio. Hablan o escriben sobre la muerte, el morirse o el
suicidio (sobre todo cuando esto no era propio de la persona o era muy raro).
Expresan sentimientos de desesperanza, ira, rabia o venganza. Se involucran en
conductas que implican un riesgo innecesario o que son irresponsables. Expresan
sentimientos de estar atrapados, de no ver una salida. Incrementan el uso de
alcohol u otras drogas. Se retiran o evitan el contacto con amigos, familias o
su entorno. Se muestran ansiosos o agitados. Hay patrones anormales de sueño,
como el no dormir o el dormir todo el tiempo. Cambios dramáticos en el humor,
tales como sentimientos de alegría tras un largo período de tristeza o
depresión. Se desprenden de sus posesiones o se despiden de su familia y
amigos. Pierden el interés en actividades placenteras. Dicen que no hay razones
para vivir o que la vida es inútil.
La soledad es un factor de riesgo
que incrementa la ideación suicida, ya que en solter@s, viud@s o divorciad@s se
observan en mayor medida intentos de suicidio. El sexo masculino es quien
más efectividad tiene en sus intentos, y el femenino el que más intentos
tendrá. Sin embargo esto no es ley, así que si conocemos a alguien que no
cumpla con lo antes explicado no por eso debemos minimizar que presente ideas o
intentos suicidas, es un error creer que solo se quiere llamar la atención.
La vida a pesar de estar llena de
cosas hermosas, necesita de una eterna vivacidad para encontrar experiencias
que nos llenen de alegría y placer pleno. Se necesita ser un rebelde para
enfrentar la absurda realidad en la que nos sumergimos diariamente. Es un
constante acto de fe, la única alternativa que tenemos para descifrar el código
que nos lleve al sentido de la vida. Embriagarnos de experiencias que nos
acerquen a nosotros mismos, explorar lo profundo de nuestro ser y renunciar a
lo hueco superficial, son las herramientas para encontrar que el camino está en
disfrutar de las cosas pequeñas, los diminutos milagros que ocurren a cada
instante. . . agradecer por ellos y captarlos como lo hace una cámara
fotográfica, almacenarlos y recordarlos cuando el entorno parezca un sin
sentido. Aunque cada mañana nos acercamos un poco más a la muerte, es en
el amanecer donde hay que gritar al infinito:
“La vida es sagrada al igual que
la muerte” y por lo tanto con nuestras acciones honrarla, bendecirla, lucharla,
defenderla, disfrutarla y gozarla al máximo, para que cuando llegue el momento
podamos recibir la muerte con una sonrisa de satisfacción.
Dr. Esteban Braham
(consultoriaonline.com.mx)
fuente: medicodelalma
Foto:Sueños del Bosque
Orientar, expandiendo Conciencias .•*¨✿.¸.✿ ´¯`•->❥