Los problemas de lectura forman parte del conjunto denominado "Problemas del Aprendizaje", y se constituyen como los más frecuentes entre éstos últimos....
Debemos considerar a los problemas del aprendizaje como tales para poder tomar en cuenta todas las variables intervinientes y considerarlas en la evaluación, el diagnóstico y la intervención. Al contrario de las discapacidades que sólo toman en cuenta aspectos biológicos y psicológicos, en los problemas del aprendizaje además de éstos, se consideran factores emocionales, ambientales y sociales.
La etiología de los trastornos del aprendizaje, y por ende los de la lectura y sus dificultades, tiene bases genéticas, biológicas, ambientales, y lo que respecta a los fallos en el procesamiento de la información. Todo ello es importante de tomar en cuenta para tener más posibilidades dentro de la evaluación, el diagnóstico y la intervención.
Existen numerosas dificultades y trastornos asociados a los problemas de aprendizaje, algunos se incluyen y otros se excluyen, lo importante en este caso es tomar en cuenta los síntomas tanto conductuales y emocionales para una eficaz intervención, y que además ésta tenga la posibilidad de ser multidisciplinaria si así lo requiere.
La lectura comprende varios procesos que se asocian para sea posible que un niño pueda leer, y que además comprenda lo que ha leído. Implica muchas funciones cognitivas y sensoriales las que incluyen: atención y concentración, conciencia fonológica, conciencia ortográfica, conciencia de la palabra, conciencia de la forma o semántica o sintáctica, decodificación rápida, comprensión verbal y conciencia pragmática e inteligencia general.
Dentro de la evaluación un instrumento importante es el TALE, sin embargo, mayoritariamente se utilizan pruebas no estandarizadas que miden de manera cualitativa el proceso de lectura.
En la intervención se toman en cuenta la línea de progresión de las habilidades de lectura y las diferencias individuales en los procesos percepto-cognitivos relacionados con la capacidad de lectura; ello con la intención de que sea más individualizado el proceso de intervención y así tenga más éxito para los fines perseguidos.
Además la intervención debe ser temprana, con el fin de evitar un daño potencial o buscar la habilitación del sujeto ya afectado por el daño. Se provee al niño de experiencias que le permiten construir su proceso de conocimiento y a la vez que favorece el desarrollo en otras áreas de su vida, tales como la emocional o la social, y en la generalidad de los casos pretende ser preventiva de mayores dificultades. La intervención temprana va dirigida hacia sujetos detectados o diagnosticados de alto riesgo, es decir, que hayan presentado dificultades pre, peri o posnatales, o que su proceso de desarrollo se ve interferido por factores infecciosos, traumáticos o de intoxicaciones. Un argumento a favor de la intervención temprana nos lo da la neuropsicología, desde el punto de vista de la plasticidad cerebral, la cual permite un mejor aprendizaje de funciones y habilidades a edad temprana, incluso cuando hay daño estructural a nivel cerebral.
Todo esto quiere decir que la intervención temprana estará dirigida a la población general para que los beneficios sean mayores, y no sólo a la de alto riesgo, pues si funciona con ésta última, puede funcionar por definición para los sujetos con óptimas condiciones....
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