miércoles, 15 de mayo de 2013
Envejecimiento, discapacidad y calidad de vida. (Dra. Yamilé Margarita López Pérez)✤ •❀`*•.¸✤ •❀
A pesar de los enormes progresos médicos logrados en las últimas décadas, sigue dándose el hecho de que los últimos años de vida aún conllevan una salud y una discapacidad que empeoran con los años. El factor clave del envejecimiento saludable es la capacidad de conservar una vida independiente durante el mayor tiempo posible. Los programas eficaces de fomento del envejecimiento saludable y de prevención de las discapacidades entre las personas mayores darán como resultado una utilización más eficiente de los servicios sanitarios y sociales, y mejorarán la calidad de vida de las personas mayores pues les permitirán seguir siendo independientes y productivas....
Introducción❀`*•.¸
El envejecimiento es un fenómeno complejo en el que cada individuo de un grupo poblacional, cada órgano o tejido en un sistema orgánico, y cada célula dentro de cada tejido, forman parte de un todo. Para abordar los retos derivados de esa complejidad, resulta esencial el establecimiento de líneas de investigación sólidas que ofrezcan respuestas a los problemas de salud de este importante grupo de población que, tanto por razones éticas como por su relevancia social, merece una atención muy especial. (1)
El envejecimiento puede definirse como un deterioro funcional progresivo y generalizado que ocasiona una pérdida de la respuesta de adaptación a la agresión y un aumento del riesgo de enfermedades asociadas a la edad. En otras palabras, la razón principal de que los ancianos enfermen con más frecuencia que los jóvenes es que, debido a su vida más prolongada, han estado expuestos a factores externos, conductuales y medioambientales que provocan enfermedades durante un período más largo que el de sus homólogos más jóvenes (2)
Entre los años 2000 y 2050, la proporción mundial de personas de más de 65 años se estima que alcance más del doble de la actual: del 6,9% al 16,4% (3) . La proporción de personas muy mayores (aquéllas mayores de 79 años) aumentará durante este período del 1,9% al 4,2%.(4) La población de personas centenarias en 2050 será 16 veces mayor que en 1998 (2,2 millones frente a 135.000), con la relación hombre-mujer de personas centenarias bajando a aproximadamente 1 por cada 4.(5,6).La Organización Mundial de la Salud estima que, al menos el 10 % de la población iberoamericana, está afectada por algún tipo de discapacidad y que, a la vista de los índices de crecimiento poblacional en América Latina y el Caribe, se prevé un notable aumento en el número absoluto de personas discapacitadas.
En el mundo, 600 millones de personas tienen algún tipo de discapacidad y el 70 % vive en países en desarrollo; cada año se agregan 10 millones de personas con discapacidad moderada o severa, o sea, 25000 cada día. (7,8). En Europa, el 10 % de la población tiene algún tipo de discapacidad; sin embargo, en Bélgica, según Eurotast, la tasa es de 12 %; en Italia y Alemania del 13 %, y en España del 15 %. Se considera que 1 de cada 5 personas al envejecer desarrolla algún tipo de discapacidad, y que 1 de cada 4 familias tiene un miembro discapacitado.
A pesar de los enormes progresos médicos logrados en las últimas décadas, sigue dándose el hecho de que los últimos años de vida aún conllevan una salud y una discapacidad que empeoran con los años. El factor clave del envejecimiento saludable es la capacidad de conservar una vida independiente durante el mayor tiempo posible.
La puesta en marcha de programas eficaces para el fomento de un envejecimiento saludable y de prevención de las discapacidades entre las personas mayores, dará como resultado una utilización más eficiente de los servicios sanitarios y sociales, y mejorará la calidad de vida de las personas mayores al permitirles ser independientes y productivas.
Como se aprecia, existe una estrecha relación entre los fenómenos de envejecimiento y discapacidad los que, a su vez, transitan por un conjunto de conceptos que abarcan lo social, lo político, lo cultural y lo ético y que en su integralidad permiten una vida más plena del ser humano.
Desarrollo❀`*•.¸
El envejecimiento constituye un fenómeno de la población y de la persona. Como fenómeno de la población expresa el éxito de la humanidad, dado que representa el resultado de los descubrimientos humanos y de los avances en higiene, nutrición, tecnología médica y conquistas sociales, entre otros. (6). Como fenómeno individual, el envejecimiento constituye una materia de estudio biopsicosocial. En otras palabras, la ciencia del envejecimiento es multidisciplinaria. El envejecimiento humano no puede describirse, predecirse o explicarse sin tener en cuenta los tres aspectos principales del mismo: el biológico, el psicológico y el social. (10)
El Programa de la OMS sobre Envejecimiento y Salud defiende ahora un enfoque género-específico para el envejecimiento saludable (11). Un enfoque específico de género se refiere no sólo a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, sino también a los papeles creados por la sociedad y que dan forma a las identidades de hombres y mujeres a lo largo de sus vidas.
Es importante distinguir el envejecimiento como proceso, del proceso de envejecimiento (12).El envejecimiento como proceso (“envejecimiento normal”) representa los cambios biológicos universales que se producen con la edad y que no están afectados por la influencia de enfermedades o del entorno. No todos estos cambios relacionados con la edad tienen consecuencias clínicas negativas.
Por el contrario, el proceso de envejecimiento está muy influido por los efectos de los estados del entorno, del estilo de vida y de las enfermedades, que, a su vez, están relacionados con el envejecimiento o cambian por su causa, pero que no se deben al envejecimiento en sí. (13)
A menudo, lo que una vez se consideró que era una consecuencia del envejecimiento normal se atribuye ahora, más apropiadamente, a factores relacionados con el envejecimiento. En este contexto, las definiciones comunes del envejecimiento raramente separan los dos procesos.
El concepto de envejecimiento activo, fomentado ahora por la OMS, anima al “proceso de hacerse mayor sin envejecer mediante el desarrollo continuado de actividades físicas, sociales y espirituales a lo largo de toda la vida”.
Con el proceso de envejecimiento, la mayor parte de los órganos sufre un deterioro de su capacidad funcional y de su habilidad para mantener su independencia. Cada etapa de la vida es importante, por consiguiente, el envejecimiento debe contemplarse desde una perspectiva que abarque todo el curso de la vida.
Con el continuo crecimiento de las poblaciones de la tercera edad en las sociedades modernas, la búsqueda de formas de conservar y mejorar las habilidades funcionales de las personas al envejecer, ayudarles a manejarse independientemente en la comunidad y, fundamentalmente, mejorar la calidad de sus vidas, se ha convertido en un asunto cada vez más urgente por cuanto la incidencia de muchas enfermedades y discapacidades crónicas aumenta con la edad. (15,16)
Existen tres fuentes básicas para las diferencias en el envejecimiento saludable: los determinantes hereditarios, las circunstancias socioeconómicas, el estilo de vida y otros factores conductuales. Las diferencias de género abarcan los tres campos. Los factores culturales y políticos también influyen en la salud del hombre al envejecer. (12)
Los determinantes hereditarios conceptualizan los efectos de los factores genéticos sobre los componentes de la salud y el envejecimiento aún no se entienden. Se estima que únicamente un 20-25% de la variabilidad en la edad de fallecimiento viene determinada por factores genéticos (17,18)
El efecto de los factores hereditarios sobre la incidencia de afecciones crónicas parece disminuir a medida que aumenta la edad (19,20).
Los determinantes sociales y económicos del envejecimiento saludable abarcan una gran variedad de factores, incluidos el estado laboral, las condiciones y seguridad del trabajo, la educación desde edades tempranas, el entorno de vida y la permanencia en él, y las circunstancias familiares. Es probable que cada una de estas circunstancias actúe sobre la salud de forma distinta en cada etapa de la vida.
Los factores conductuales, como el consumo de tabaco, el ejercicio físico, las actividades diarias, el consumo de alcohol, la dieta, las prácticas de cuidado personal, los contactos sociales y el tipo de trabajo, son determinantes importantes del envejecimiento saludable.
El ejercicio se ha definido como una actividad regular que sigue un patrón específico y cuyo fin es el de lograr resultados deseables en cuanto al estado de forma, como un mejor nivel de salud general o de funcionamiento físico. (12)
Fontane (1990) describe la actividad física como un continuo del comportamiento físico que incluye:
1) actividades de la vida diaria
2) actividades instrumentales de la vida diaria
3) actividad y ejercicio en general
4) ejercicio para lograr una buena forma física
5) entrenamiento físico.
Aquéllos que empiezan a realizar ejercicio físico a edades tempranas tienden a seguir haciéndolo más adelante. Así, lo que una persona hace con su tiempo de ocio parece dar forma al ocio en sí y al desarrollo de éste.
A medida que aumenta la edad, la reducción de la actividad física y el creciente número de enfermedades crónicas que surgen frecuentemente, crean a menudo un círculo vicioso: las enfermedades y las discapacidades consiguientes reducen el nivel de actividad física lo que, a su vez, tiene efectos adversos sobre la capacidad funcional y agrava las discapacidades producidas por las enfermedades.
Un mayor grado de actividad física puede ayudar a prevenir muchos de los efectos negativos que tiene el envejecimiento sobre la capacidad funcional y la salud, aumentando su grado de independencia y por tanto mejorando su calidad de vida. Esto podemos representarlo de la siguiente manera.
Toda persona con discapacidad, frente al fenómeno del envejecimiento, debe poder beneficiarse de las medidas necesarias para preservar su autonomía y favorecer su integración social; por ello, al correlacionar los términos de envejecimiento y discapacidad, aplicamos los principios éticos de beneficencia, no beneficencia, autonomía y justicia. Nuestro principal objetivo es hacer el bien al anciano y promover su bienestar orientando medidas que le permitan arribar a la tercera edad con salud plena, modificando patrones individuales y colectivos. Por tanto el no hacer daño es otro principio que siempre está vigente en relación a cómo, conducir al anciano, respetando su capacidad de acción y su libertad para decidir sin persuadir, convencer para la toma de decisiones. Por eso, para que una acción sea autónoma debe ser intencional, con conocimiento y sin control externo.
La discapacidad es un proceso interactivo y evolutivo. Proporciona las “piezas de construcción” para poder crear modelos y estudiar los diferentes aspectos del proceso.
Conclusiones❀`*•.¸
Ø La población del planeta envejece y se prevé mayoritaria a muy corto plazo. Las estadísticas y los estudios internacionales mueven la reflexión hacia este tema y en Cuba no constituimos excepción respecto a un problema que, como he intentado demostrar, resulta multidisciplinario. Lo importante es cómo llegar a un envejecimiento activo que reduzca al mínimo las discapacidades y permita al adulto mayor continuar insertándose durante un período de tiempo más prolongado en la vida social. Eso sólo será posible a medida que en el plano individual las personas concienticen la importancia de desarrollar actividades físicas, sociales y espirituales a lo largo de toda la vida.
Ø Para lograr un envejecimiento saludable es necesario garantizar un conjunto de factores socioeconómicos, físicos, culturales, políticos, espirituales que involucran al individuo y la colectividad. En nuestro país trabajamos para lograr estos objetivos.
Ø Las discapacidades asociadas con el envejecimiento (visuales, auditivas, motoras) y la aparición de enfermedades crónicas (hipertensión, accidentes cerebrovasculares, diabetes mellitus, cáncer, EPOC, entre otras,) pueden prevenirse o retrasarse con medidas de rehabilitación integral como son: la actividad física regular, la alimentación saludable, la eliminación de hábitos tóxicos, la educación, información y divulgación acerca de diversas enfermedades, la seguridad económica y la integración social .Todos estos factores correlacionan la independencia, autonomía, capacidad funcional y son, a su vez, una expresión de calidad de vida y, por tanto, de envejecimiento saludable. También es necesario tomar en cuenta la eliminación de barreras arquitectónicas y el mantenimiento de un entorno físico y medioambiental adecuados.
Ø La calidad de vida en el adulto mayor está determinada en gran medida por su capacidad para mantener su autonomía y preservar su independencia, para evitarles una doble angustia: la discapacidad y la vejez. Por eso, desde el nacimiento debemos estar preparados para enfrentar un momento inevitable de nuestras vidas en óptimas condiciones. Los planes de acción que hemos enunciado conllevan una estrategia educativa que, combinada con campañas de promoción a través de diferentes medios (comunicación, red de instituciones educacionales y de salud, la comunidad, las organizaciones de masas, etc) pueden coadyuvar a mantener informada a la población y, por consiguiente, prepararse mejor para esta etapa.
Ø Desde el punto de vista médico, es fundamental que el paciente participe en la toma de decisiones y posea independencia acorde a la limitación motora. Estos son aspectos bioéticos importantes para lograr calidad de vida en el paciente geriátrico discapacitado.✤ •❀`*•.¸✤ •❀
Orientar, expandiendo Conciencias ✤ •❀`*•.¸✤ •❀
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