"A través de los milenios, la humanidad siempre ha estado al
tanto, en grado más o menos conciente, de que todas las enfermedades en último
grado tienen origen psíquico, y esto se convirtió en un patrimonio
"científico" anclado firmemente en el legado del conocimiento
universal; es meramente la medicina moderna que ha convertido a nuestro ser
animado en mera bolsa llenas de fórmulas químicas." *•.¸¸♥♥¸.•°`*.¸.*´´¯
Si esta es su primera
visita, lo siguiente representa una breve introducción:
Hace más de veinte años,
el Dr. Ryke Geerd Hamer, un doctor alemán con oficina en Roma, Italia, recibió
un llamado telefónico en medio de la noche. Su hijo Dirk, de 17 años había sido
baleado durante una vacación en el Mediterráneo. Tres meses más tarde Dirk
murió y poco después, el Dr. Hamer, quien había sido sano durante toda su vida,
pero totalmente abrumado por esta catástrofe, descubrió que sufría de un cáncer
testicular. Sospechando que esto no era mera coincidencia, decidió investigar
las historias personales de los pacientes de cáncer para ver si es que habían
sufrido algún choque conflictivo, angustia o trauma anteriormente a su
enfermedad.
Con el tiempo, y tras
intensa investigación con miles de pacientes, el Dr. Hamer finalmente consiguió
demostrar que la enfermedad solamente es causada por un choque que nos pilla
totalmente desprevenidos. Este último concepto es muy importante. Si de alguna
forma conseguimos prepararnos para el evento chocante, evitaremos enfermarnos.
De hecho, el Dr. Hamer prefiere no decir ‘cáncer’. Más bien, es una respuesta
biológica especial a una situación insólita, y cuando la situación de ‘shock’
se resuelve, el cuerpo se apresa para volver a lo normal. Esta es una versión
muy simplificada de los hechos, claro está. Los libros explican el proceso
total con lujo de detalles.
Presentó su trabajo a la
universidad en Alemania con la cual estaba afiliado. Ellos, sin embargo, sin
explorar o comprobar sus hipótesis le pidieron negar sus hallazgos. Como no
pudo considerar desdecirse de todo aquello que había comprobado científicamente
y sin trazas algunas de duda, rehusó. Como consecuencia le fue quitada la
licencia para practicar medicina, situación que persiste hasta el día de hoy.
No obstante que la universidad de Tubinga fue ordenada por la corte a que
llevara a cabo las pruebas necesarias para comprobar la teoría, este
procedimiento jamás fue llevado a cabo.
La vida del Dr. Hamer ha
sido un remolino de eventos desde entonces, llevando incluso a una sentencia a
encarcelamiento de dieciocho meses en Alemania, que cumplió en celdas que
compartía con criminales empedernidos. Gran parte de las contrariedades que
sufrió procedían del hecho que las balas que mataran al hijo habían sido
disparadas por el príncipe de Saboya, el último rey de Italia. Una situación
complicada y delicada, como cualquiera pudiera imaginarse.
El Dr. Hamer cree
fervientemente que los métodos presentes para tratar el cáncer son bárbaros,
crueles y totalmente innecesarios. Estas opiniones no le generan muchos amigos.
Desde que descubriera la
Nueva Medicina Germánica en 1981, el Dr. Hamer ha escrito varios libros sobre
esta medicina y sus extraordinarios descubrimientos. Algunos de estos libros
han sido ya traducidos a varios idiomas, y el trabajo continua. Muchos médicos
europeos practican este sistema bajo cuerda, reconociendo su excepcional
capacidad para generar diagnosis.
El hecho de que la
medicina “oficial” o “convencional” no de reconocimiento oficial a este sistema
es frustrante tanto para el Dr. Hamer como para el público. Esperamos pues que
los cambios a este estado de cosas sean iniciados por aquellos que, comenzando
a entender la forma en que funcionan sus cuerpos, insistan en que el personal
de salud y sus instituciones tomen conciencia de la nueva ciencia.
El trabajo infatigable
que ejecutan las terapias alternativas y los libros tales como los que escriben
el Dr. Deepak Chopra y el Dr. Andrew Weil, han contribuido enormemente a la
toma de conciencia que se hace notable en el mundo, al punto que los doctores y
los hospitales comienzan a darse cuenta de estas cosas.
Una vez que Usted haya
escuchado al Dr. Hamer hablar en uno de sus seminarios, haya leído sus libros,
haya consultado una de sus tablas de las enfermedades, comprenderá que
finalmente alguien ha establecido todos los vínculos y ha encontrado todos los
enlaces que faltaban.
Con el paso del tiempo
se espera que este trabajo pueda ser explicado de manera que “cualquier persona
inteligente, aun careciendo de entrenamiento especial” pueda comprender. Queda
mucho por hacer. Nuestra esperanza es que estas páginas le traerán consuelo,
esperanza y optimismo.
© 2013 The German New Medicin
Reseña sobre los descubrimientos en
la Nueva Medicina Germánica del
Dr. Ryke Geerd Hamer
El Dr. Ryke Geerd Hamer,
antaño afiliado con las universidades de Munich y de Tubinga, en Alemania, estableció
la Nueva Medicina Germánica tras intensa investigación y trabajo terapéutico
comenzados alrededor de 1979. La Nueva Medicina Germánica es un grupo de
descubrimientos y principios que establecen sólidamente la naturaleza de la
enfermedad sobre la base de principios biológicos universales y la interacción
de los tres niveles que se interconectan para formar al organismo: la psique,
el cerebro y los órganos. En la Nueva Medicina Germánica, las enfermedades
tienen pleno sentido biológico y no son errores de la naturaleza. De hecho, hoy
en día podemos categorizar la mayoría de las enfermedades conocidas por la
medicina como pares de eventos. Estos pares en realidad constituyen programas
de la naturaleza que vinculan hechos psicológicos con ocurrencias biológicas.
Los programas han sido diseñados por la naturaleza para ayudar a un individuo a
sobrellevar un desafío y/o como mecanismo de selección para el grupo.
El Dr. Hamer se dio cuenta
de que su propio cáncer, así como la muerte de su mujer tenían que estar
conectados con el trágico baleo y ulterior muerte de su hijo Dirk. Como médico,
investigador científico, y jefe de medicina interna en una clínica oncológica
en Munich, le fuel posible al Dr. Hamer llegar a la conclusión de que un hecho
físico puede producir un choque conflictivo biológico con una manifestación
física visible en el cerebro y generando cambios en parámetros
físicos-nerviosos conducentes a crecimientos, ulceraciones o necrosis
cancerosas, así como cambios funcionales en órganos específicos del cuerpo.
Después de más de veinte
años de investigación y terapia con más de 31.000 pacientes, el Dr. Hamer
estableció en forma lógica y empírica como es que el shock conflictivo
biológico causa una fase fría de crecimiento o necrosis y cómo, si se resuelve
el conflicto, el proceso canceroso o necrótico se invierte para reparar los
daños y permitir al individuo la vuelta a la salud.
La enfermedad, o programa
pleno de sentido de la naturaleza, (como prefiere llamarle el Dr. Hamer), se
divide en cinco eventos biológicos susceptibles de ser observados y
cuantificados o medidos, y que forman parte de un sistema que permite predecir
eventos (más allá de lo meramente probable estadísticamente) y calcular el
desarrollo de las condiciones.
Un shock conflictivo biológico,
llamado DHS (síndrome de Dirk Hamer, en honor a su hijo), causa el aparecer de
un foco de actividad en el cerebro, llamado FH (foco de Hamer). Este conjunto
de anillos concéntricos que se pueden observar en una tomografía computerizada
(TAC o escáner) se centra en un punto preciso del cerebro. La localización de
este foco depende de la naturaleza del shock o choque conflictivo y del
contenido de tal. Tan pronto aparece el FH, el órgano controlado por ese foco
central sufre una transformación funcional. Esta transformación puede
manifestarse como un crecimiento, como pérdida de tejido o como reducción o
pérdida de función.
El Dr. Hamer también
descubrió que el programa que comienza a funcionar después de un shock
conflictivo depende de la capa germinal y cerebral que se ve afectada, lo cual
puede comprenderse desde un punto de vista evolutivo. El sistema tiene sentido
desde un punto de vista filogenético tanto como del ontogénico. Él prefiere
mantener la teoría al mínimo y fundamentar sus conclusiones y observaciones en
evidencia sólida. Por lo tanto en este resumen nos referiremos a la
ontogénesis.
Para el humano así como para
los mamíferos en general, los conflictos más antiguos conducen a crecimientos
cancerosos: tumores. La resolución de estos conflictos lleva a una destrucción
del tumor y recuperación de la salud. El cerebro antiguo controla los órganos
del endodermo, la capa germinal más interna de nuestro cuerpo. Esta es la
primera capa que aparece en el desarrollo de un embrión, luego esta se ve
cubierta del mesodermo y últimamente por el ectodermo; lo que toma días en la
evolución del embrión representa millones de años en la evolución filogenética.
Todas las enfermedades
comienzan por una fase fría, en la cual predomina la actividad del sistema
nervioso parasimpático, el contenido del shock es una preocupación constante,
las noches parecen largas, las extremidades están frías y al mismo tiempo la
lesión orgánica crece. Para el tronco cerebral (cerebro antiguo-controlador de
los órganos del endodermo), un tumor crece. Si y cuando hay resolución del
conflicto, o lisis conflictiva (CL), el proceso se reversará. El FH en el
cerebro empieza a sanar y así también sucede con el órgano. Como todo médico
sabe, la curación está acompañada de hinchazón o enema. La hinchazón que se
manifiesta alrededor del foco y los anillos en el cerebro se hacen visibles en
rayos X o en las TAC y generalmente reciben la falsa diagnosis de tumores
cerebrales. El Dr. Hamer ha establecido sólidamente que los tumores cerebrales
en un sentido tradicional no existen. Todos los así llamados tumores cerebrales
son FH-s en estado de edema, con la hinchazón manteniéndose hasta que termina
de curarse el tejido. Después de esto el edema se reabsorbe y la curación se
completa. Los nódulos edematosos en el cerebro son concentraciones gliales y
neuro-gliales – son utilizadas por el organismo para reparar tejido nervioso
tanto en el cerebro como en otras partes del organismo. Cuando la curación se
ha terminado, luego de la crisis de curación, el nódulo de hinchazón es
exprimido; el exceso de líquido en el cuerpo se elimina a través de una fase
diurética y la salud normal vuelve a regir.
La fase cálida es la fase de
curación de la enfermedad, que identificamos como enfermedad infecciosa.
Durante esta etapa los cambios de la primera fase son invertidos o reversados.
Los cánceres se destruyen o encapsulan (se destruyen si los microbios necesarios
para caseinizar los tumores existen en el organismo). Las necrosis o úlceras se
vuelven a rellenar. Estas reparaciones de úlceras o necrosis suelen falsamente
diagnosticarse como crecimientos o tumores malignos acelerados. No puede esa
aseveración distar más de la verdad, afirma el Dr. Hamer, tras de muchos miles
de casos exitosos de curación para pacientes terminalmente enfermos.
El cerebelo y la médula
controlan el mesodermo. Los órganos controlados por la médula muestran tumores,
crecimientos: multiplicación celular en la fase de conflicto activo, y de la
misma forma que en el caso del endodermo, destrucción del tumor en la etapa de
recuperación. Los órganos mesodérmicos controlados por la médula cerebral
manifiestan úlceras y necrosis en la fase de conflicto activo, y multiplicación
celular durante la recuperación. Todos los tejidos y órganos del ectodermo,
controlados por la corteza cerebral, la última de las capas germinales en la
ontogénesis y la filogénesis, manifiestan úlceras o pérdidas de función durante
la fase de conflicto activo. La resolución trae consigo la reparación de los
tejidos y la recuperación de función.
Observando las enfermedades
de las distintas capas germinales en forma separada, el Dr. Hamer estableció
que era obvio que había allí un significado o sentido biológico. Se dio cuenta
que las “enfermedades” no eran errores o equivocaciones de la naturaleza que
uno debe combatir, pero eventos con pleno sentido que servían para restablecer
el equilibrio.
El shock conflictivo
biológico existe en todo el reino animal pero tiene un significado especial
para los humanos. Los conflictos del endodermo, la primera y más primitiva de
las capas germinales, proceden de las funciones básicas de supervivencia,
alimentación y reproducción. Si el ser experimenta un choque conflictivo, esto
en general tiene que ver con un hecho simple; pudiera ser un trozo de comida
demasiado grande para ser tragado, una obstrucción en el intestino o una herida
que hace peligrar la supervivencia o reproducción. Los tipos de tumores que se
desarrollan en general aumentan la capacidad del organismo para copar con la
dicha crisis dentro de un marco de tiempo determinado. Si la crisis no se
resuelve, muchas veces muere el individuo como resultado de los cambios
precipitados por el crecimiento o tumor (incremento de producción hormonal,
incremento en actividad digestiva, incremento en el grosor o resistencia de un
tejido, etc.) Si la crisis se resuelve, hay curación y tanto el tejido como el
órgano a menudo se hacen más fuertes que antes.
Para los humanos estos
mismos conflictos son mediados por el lenguaje y por sistemas simbólicos; los
conflictos de tragar: como por ejemplo “no me puedo tragar esto, no lo puedo
aceptar”, conflicto de incapacidad de obtener sustento, de rabia descontrolada,
pérdida de territorio: por ejemplo despido en el trabajo, separación de un
niño, compañero(a), etc. Todos estos son conflictos que tienen sus análogos
naturales, pero con la mediación de los sistemas simbólicos humanos son
transpuestos a términos humanos. El conflicto de shock biológico no es una
abstracción Freudiana, es un conflicto de la vida real, hiperagudo, traumático
y que en general lo hace a uno sentirse aislado (no es fácil discutirlo o
comentarlo con otros). A la vez, el conflicto nos pilla desprevenidos, no nos
deja tiempo para prepararnos (a veces bastarían unos segundos para evitar la
formación de un FH e inicio de un programa orgánico, como por ejemplo en la
muerte inesperada de un ser querido). En forma típica, las noticias fatales o
aterrantes producen este tipo de shock. De allí la triste característica
auto-validante de la diagnosis del cáncer. El paciente le presenta al doctor
una serie de síntomas y termina recibiendo un pronóstico de cáncer. El paciente
inmediatamente desarrolla otro FH en el cerebro como consecuencia de su temor a
la muerte. Esto se manifiesta en general como un cáncer de los pulmones. El
segundo cáncer (el primero llevó a la diagnosis y el segundo es ocasionado por
el miedo) es interpretado como metástasis. Si el primer cáncer ya estaba en
remisión y por lo tanto acompañado del típico nódulo cerebral, falsamente
diagnosticado como tumor cerebral, al paciente se le predice una expectativa de
vida limitada y se le somete a varias intervenciones quirúrgicas y químicas.
Cada una de esas intervenciones puede producir otros choques y añadir
dificultades.
De hecho, los tumores
cerebrales no existen; las células cerebrales no son capaces de multiplicarse,
solo el tejido glial lo puede hacer (el tejido conectivo del cerebro), par
facilitar reparación. Las metástasis tampoco existen. Lo que hay son cánceres y
onco-equivalentes que obedecen las mismas reglas, cada uno de ellos asociado
con un FH y sus desarrollos correspondientes en los órganos. A decir verdad, no
existe mecanismo alguno para que las células cancerosas puedan viajar en el
cuerpo de un lugar al otro, ni tampoco mecanismo que permita que el cáncer de
un tejido aprenda a mutar y producir el cáncer preciso y correcto,
histológicamente distinto, apropiado para otro tejido. Como todo oncólogo sabe,
cada órgano, tejido, capa o grupo de células muestran tipos muy específicos de
crecimientos o lesiones, porque son histológicamente bien diferentes. La teoría
de la célula ambulante no sería capaz de explicar los cambios precisos
necesarios para explicar cada caso.
Como algunas de las
supuestas “metástasis” estaban localmente cerca del pecho amputado, comúnmente
se creía (hipótesis de trabajo) que las células cancerosas de alguna manera
habían viajado a la nueva ubicación. Estos focos locales eran designados como
“metástasis próximas”. Cuando el apropiado FH se encontraba en el cerebro, se
suponía que las “células malignas” habían viajado al cerebro flotando en la
sangre (arterial). A estos focos se los llamaba “metástasis distantes”. Estas
hipótesis se convirtieron en dogma a pesar de que jamás fuera observada una
célula cancerosa en el flujo sanguíneo.
Hay otra dificultad a
sobrellevar en el caso de las úlceras y las necrosis: ¿de dónde es que salen
las “células malignas” puesto que en pérdida celular no las hay? Siempre
buscábamos un tumor primario del tipo cerebro antiguo (otra hipótesis) que
pudiera coger el rol de “foco” primario. Sin embargo jamás se tomaba conciencia
de que las úlceras o necrosis esencialmente benignas de los varios órganos (por
ejemplo la úlcera estomacal) de repente se hacían “malignas” (en la fase PCL)
como si por mala suerte. Continuando las hipótesis de esta manera, las
“osteólisis” benignas metastáticas de repente se convertían en rabiosos
osteosarcomas “malignos”.
En resumen, los
descubrimientos del Dr. Hamer pueden presentarse de la manera siguiente:
1. La primera Ley Biológica:
La Regla Férrea del Cáncer
Criterio 1: Cada cáncer u
onco-equivalente comienza con un DHS (Dirk Hamer Síndrome)vale decir un shock
muy difícil
hiperagudo, dramático y
aislante
hiperagudo, dramático y
aislante
La experiencia del shock es
simultánea o virtualmente simultánea en los tres niveles:
1. en la psique
2. en el cerebro
3. en el órgano
2. en el cerebro
3. en el órgano
Criterio 2: El contenido del
conflicto en el momento del DHS determina la localización del FH en el cerebro
así como la localización del cáncer u onco-equivalente en el órgano (cuerpo).
Criterio 3: El desarrollo
del conflicto condiciona el desarrollo específico del FH en el cerebro y el
desarrollo particular del cáncer o enfermedad onco-equivalente en el órgano.
2. La segunda ley biológica:
Toda enfermedad conocida por
la medicina, suponiendo que haya una resolución del conflicto, es un
acontecimiento bifásico.
De los varios centenares de
enfermedades que se conocen, encontramos que aproximadamente la mitad de ellas
presentan extremidades y periferia frías mientras la otra mitad, las
enfermedades cálidas, muestran a los pacientes con extremidades cálidas, con
fiebre en la mayoría de los casos. De manera que en realidad hay solamente
alrededor de 500 pares: al principio (después del DHS) una fase fría,
conflicto-activa, simpaticotónica; y después, una fase cálida, de conflicto
resuelto, vagotónica, de curación. Este esquema bifásico de las enfermedades es
una ley natural biológica.
Todas las enfermedades que
conocemos (salvo heridas traumáticas producidas por accidentes,
envenenamientos, etc.) siguen este curso – siempre y cuando haya resolución del
conflicto. Si miramos hacia el pasado nos damos cuenta que la práctica médica
tradicional falló en identificar correctamente ni una sola enfermedad. La fase
de curación (gripe, resfrío p.ej.) de las enfermedades frías era ignorada o
considerada como una enfermedad independiente, mientras que la primera fase de
una “enfermedad cálida” había pasado desapercibida o se había considerado como
enfermedad individual.
Los pacientes con
enfermedades frías exhiben extremidades frías, manifiestan estrés permanente,
pierden peso, les es difícil dormirse y muestran desórdenes del dormir. Como
ejemplos tenemos el cáncer, la esclerosis múltiple, angina de pecho,
neurodermatitis, diabetes y los problemas mentales y desequilibrios de estados
de ánimo, etc. Entre las enfermedades cálidas, especialmente las de naturaleza
exantémica estaban las que habíamos definido como reumáticas, infecciosas,
alérgicas, etc.
Ahora es necesario llegar a
la conclusión de que todo esto no era correcto. Estas enfermedades frías y
cálidas no eran enfermedades individuales sino una de las dos fases de una
enfermedad. Es más, la fase fría es siempre la primera y la cálida siempre la
segunda.
3. La tercera Ley Biológica:
El sistema ontogénico de los
tumores y enfermedades onco-equivalentes incluye los siguientes criterios:
Criterio 1:
Los conflictos que están
vinculados en el ámbito embrionario también tienen
-relés cerebrales vinculados
en el ámbito embrionario
-en casos de conflicto exhiben FH
-órganos afectados vinculados en el ámbito embrionario que exhiben
-formaciones histológicas vinculadas en el ámbito embrionario.
-en casos de conflicto exhiben FH
-órganos afectados vinculados en el ámbito embrionario que exhiben
-formaciones histológicas vinculadas en el ámbito embrionario.
Criterio 2:
Los conflictos dirigidos por
el cerebro antiguo (endodermo dirigido por el tronco cerebral y mesodermo
dirigido por el cerebelo) exhiben multiplicación celular en fase de conflicto activo
(fase ca) y destrucción o caseinización de los tumores con la participación de
los microbios adecuados, si es que existen, en la fase de curación (fase pcl).
Los conflictos dirigidos por el cerebro (órganos mesodérmicos dirigidos por la
médula cerebral y órganos ectodérmicos dirigidos por la corteza cerebral)
manifiestan disminución celular en la fase ca (necrosis, úlceras) o meramente
pérdida funcional para las enfermedades así llamadas onco-equivalentes.
Criterio 3:
Con referencia a la fase ca
y la fase pcl, cada enfermedad es un evento con pleno sentido biológico que
debe comprenderse en forma diferente con la ayuda de la embriología y la
ciencia del comportamiento. Esto significa que cada enfermedad representa un
desafío especial con una estrategia para la resolución de un problema biológico
específico.
4. La cuarta Ley Biológica:
Existe una correspondencia
entro los órganos vinculados en el ámbito embrionario – sin excepción alguna en
la fase pcl – con los grupos de microbios vinculados a estas capas
embrionarias. Los microbios no son los que acarrean los síntomas sino más bien
optimizan la fase de curación.
El cerebro dirige a todos
los microbios. El sistema inmune, que tradicionalmente se imaginaba como un
ejército del cuerpo luchando contra las células cancerosas malignas y los
malvados microbios en una gran batalla, no existe en este sentido. Los
patógenos siguen instrucciones del cerebro, se vuelven benignos y apatogénicos,
retirándose a lugares en el cuerpo donde no causan molestias. Se llaman a la
actividad solamente en fase pcl, y son enviados y activados exclusivamente a
órganos específicos. Con nuestro pensar antibacterial e higiénico, hemos
tratado de erradicar a estos trabajadores temporales de nuestro organismo.
Hemos suprimido la tuberculosis, pero el coste ha sido que no podemos
caseinizar tumores intestinales en la fase pcl ya que los bastoncillos
acidificantes no se encuentran más en nosotros, y por lo tanto los tumores ya
no pueden destruirse. Hemos ayudado a la cirugía y la oncología, pero hemos
hecho un error médico y biológico.
El DHS incorpora el shock
conflictivo agudo y dramático que nos pilló desprevenidos, así como el
contenido del mismo conflicto, lo cual en su turno determina la localización
del FH en el cerebro y también la localización del tumor canceroso o necrosis
en el órgano. Sin embargo, aun más cosas pueden suceder en el momento del DHS:
este es el momento en que se establecen los rieles sobre los cuales rueda el
tren de los eventos una y otra vez en el período subsiguiente. El medio o las
circunstancias que prevalecían durante el momento del DHS se convierten como en
rieles que en forma asociativa repiten algunos de los elementos del conflicto
de nuevo y de nuevo. Un profesor alergista una vez lo expresó de esta manera:
“si es que pasaba por ahí una vaca, pues le coges alergia a las vacas; si, en
cambio, te estabas comiendo una naranja, desarrollarás alergia a las naranjas.”
5. La quinta Ley Biológica
"la quintaesencia"
El sentido biológico de cada
programa especial de la naturaleza:
Podemos replantear esta ley
así: cada programa especial de la naturaleza (par de enfermedades como descrito
más arriba) tiene un significado biológico especial. Los españoles crearon un
nuevo nombre para la Nueva Medicina Germánica; le llamaron La Medicina Sagrada;
este poético nombre abarca el enorme e imponente significado de la quinta ley.
La enfermedad no es un “error” sin sentido de la naturaleza o de la biología
sino un programa especial creado por la naturaleza en el curso de millones de
años de evolución que les permite a los organismos trascender el diario vivir
para poder copar con situaciones de emergencia; son programas maravillosos, y,
si los entendemos correctamente, le proveen al individuo y al grupo de un
método para enfrentar circunstancias “fuera de lo ordinario”.
Podemos reaprender la
humildad y comprender por vez primera que la naturaleza es ordenada, que cada
una de sus ocurrencias tiene sentido incluso dentro del marco de la totalidad,
y que aquellos eventos que hemos denominado “enfermedades” no son molestias
absurdas que deben ser reparadas por magos. Tenemos derecho a apelar esta
interacción de la naturaleza en el todo cósmico como “divina”. Antes del
nacimiento de las grandes religiones, la profesión de médico siempre la asumía
el sacerdote. La medicina, cuando se comercializó y decidió seguir el beneficio
monetario, cogió un camino errado y despiadado, que será corregido por esta
nueva toma de conciencia que estamos viviendo.
El no comprender la
enfermedad como una organización secuencial de dos fases, generalmente
opuestas, ha prevenido que pudiéramos entender el “significado” de estos
programas, y su esencial “benignidad”. Algunos ejemplos: el cáncer de huesos es
la fase de recuperación de la necrosis ósea que acompaña a muchos conflictos de
auto-desvalorización. Durante la fase de pérdida celular (osteólisis), hay
pérdida de hueso y de estabilidad estructural. Cuando el conflicto se resuelve,
la anemia previene que uno se ponga muy activo, reduciendo así la posibilidad
de quebrarse un hueso. En la etapa de recalcificación, que generalmente se
diagnostica en forma equivocada como cáncer óseo, se implantan la anemia
persistente, los dolores del periostio y la etapa de leucemia. Todas ellas
tienen la utilidad práctica de inmovilizar al cuerpo hasta que se complete la
curación y cese. (¡Sin tratamiento, el así llamado cáncer de huesos para
naturalmente cuando el hueso se ha rellenado y se ha hecho más fuerte que
antes!) Así, la fase de resolución le da al individuo una mejor chance de
supervivencia, mientras que la fase anterior a la resolución debilita al
organismo mejorando las posibilidades para el grupo o manada: ¡La naturaleza
toma muy en serio los conflictos de auto-desvalorización!
Otro ejemplo:
En un conflicto de pérdida
de territorio, la capa íntima de la arteria coronaria se ulcera (es la capa
interior de la arteria que suple de sangre al corazón mismo). Eso le permite al
individuo un lumen mayor de los vasos sanguíneos, permitiendo bombear mayor
cantidad de sangre al cuerpo. Este proceso continúa durante la fase de
actividad del conflicto. En la fase de curación, como en todo tipo de curación
en la biología, hay hinchazón. En el caso de resolución de un conflicto
territorial, existe alto riesgo de un infarto fatal si es que el conflicto ha
durado más de seis a ocho meses. La naturaleza nos ha provisto de
constelaciones de conflictos, en las cuales un conflicto es mantenido en jaque
por la presencia de otro conflicto localizado en el hemisferio cerebral
opuesto. Los lobos locos en el mundo animal, así como los esquizofrénicos en el
contexto humano tienden a sobrevivir en circunstancias en que otros casi no
tienen posibilidad. La naturaleza los protege usando el mismo mecanismo que en
otros casos puede matar. El papel del terapeuta es de asistir el proceso de
curación y antes que nada, de comprenderlo correctamente.
La Nueva Medicina Germánica
del Dr. Hamer es empírica y comprobable en cada detalle: hay tres niveles en
los cuales los eventos transcurren sincrónicamente, hay dos fases de la
enfermedad (siempre que el conflicto se resuelva), también hay una fase de
salud normal antes de la simpaticotonía así como una fase de volver a la
normalidad después de la vagotonia – la fase de curación – esta última puede
dejar cicatrices en el ámbito psíquico, cerebral y orgánico lo cual distingue a
la normalidad posterior del estado normal “virginal” anterior.
Tenemos por lo tanto no
solamente las cuatro divisiones entre las fases mencionadas, en cada uno de los
tres niveles, pero también tres puntos demarcadores (el DHS, la CL y la crisis
epileptoide) en los dichos tres niveles; todo esto nos da 21 criterios
comprobables en el marco de cinco leyes biológicas.
¡Como las cinco leyes
biológicas en conjunto contienen al menos seis criterios – el histológico, el
cerebro-topográfico, el órgano-topográfico, el del contenido del conflicto y el
microbiano – se nos hace posible estudiar los tres niveles en detalle y obtener
126 aseveraciones negables y reproducibles en cada caso específico!
La regla más importante para
todos estos cálculos es que la ubicación del FH en el cerebro está
predeterminada. Esto significa que el relé – uno de varios centenares de relés
posibles – ya ha sido establecido. Para este relé, en el caso de una
enfermedad, el FH debe tener una apariencia específica que corresponde a la
fase apropiada. La probabilidad de encontrar pruebas para un caso específico
luego se hacen astronómicamente altas. Todos los pacientes en los experimentos
que se condujeron en Trnava (Eslovaquia), donde se evaluó la Nueva Medicina
Germánica en cuanto a cuán comprobable es, mostraban cánceres múltiples,
parálisis, diabetes o equivalentes, y, para cada caso, todas las condiciones y
criterios debían ser satisfechos.
Tiene que surgir un cambio
radical en la práctica terapéutica y en la forma de intervenir médicamente. Lo
primero que este sistema nos muestra es que no hay enfermedad que tenga que ser
fatal. La segunda es la necesidad de manejar el shock conflictivo biológico que
produjo el primer DHS que en este momento se muestra activo. Hay casos en que
es necesario prestar atención a la fase de curación y contrarrestar los riesgos
que proceden de los procesos de reversar y de las fases infecciosas que ocurren
hacia el final de la curación.
El conflicto biológico pues
se define de este modo:
Es cualquier conflicto de
una persona o mamífero que resulte en un DHS. Desde un punto de vista meramente
evolutivo, los conflictos biológicos pueden identificarse como conflictos
arcaicos, y en principio son análogos par las personas y los animales. Los
animales experimentan estos conflictos en términos físicos, reales mientras que
las personas a menudo lo hacen en un sentido transpuesto. Un animal de hecho
encuentra un bocado que no se puede tragar, un trozo real de comida. Para una
persona esto puede ser una moneda valiosa o un número de la lotería.
Todos los relés del tronco
cerebral tienen que ver con conflictos relacionados con el trozo (a ingerir);
cogerlo, tragarlo, digerirlo, poderlo separar de la mugre que lo envuelve, etc.
Otro ejemplo es el cáncer de
los túbulos colectores renales, avisando al organismo de la posibilidad de
secarse – por ejemplo en casos de conflicto de “refugiado”, especialmente
“aislamiento existencial”, en estos casos la orina se vuelve muy concentrada.
La Nueva Medicina Germánica
ha tenido mucho éxito en comprender el organismo, en su capacidad de
diagnosticar y en su disciplina terapéutica. Pero desgraciadamente este éxito
ha sido percibido como amenaza por los profesionales establecidos. Va a ser
necesario superar muchos obstáculos antes de que los pacientes mismos puedan
beneficiarse de todos estos adelantos.
Implicaciones y
descubrimientos comprobables de la Nueva Medicina Germánica:
Las alergias:
En el momento del DHS, tanto
las personas como los animales inconscientemente están al tanto de las
circunstancias que prevalecen durante el DHS. Estas mismas circunstancias luego
generan las así llamadas alergias.
Tumores inactivos:
La mayoría de las veces, los
pacientes llegan con una multitud de síntomas o incluso diagnosis al en el
ámbito orgánico, en cuyo caso es preferible comenzar con este ámbito.
Evidentemente los síntomas orgánicos deben ser evaluados con gran cuidado
puesto que existe la posibilidad encontrar accidentalmente cánceres antiguos,
que no hayan sido caseinizados en la fase curación por falta de bacterias
tuberculosas. Por ejemplo, un carcinoma solitario del hígado es fácil de
descubrir hoy en día con TAC-s si el paciente se queja de molestias hepáticas,
especialmente de molestias ulcerativas de los tubos biliares.
Los focos cerebrales (FH)
De hecho, uno puede comenzar
con cualquier nivel, y no debería tampoco uno limitarse a uno solo a menos de
estar forzado por las circunstancias. Como el nivel cerebral es muy expresivo y
revelador en el momento del examen siempre es posible llevar a cabo un TAC
cerebral en capas tradicionales (dura 4 minutos y la irradiación X es mínima).
Tenemos que tener en claro que el cuadro con TAC solamente representa un
momento específico, por ejemplo puede mostrar un evento anterior al evidenciar
acumulación de tejido cicatricial. También muestra un nuevo DHS siempre y
cuando el conflicto haya sido continuo y se haya mantenido en fase de conflicto
activo.
La conflictolisis
(resolución del conflicto).
La conflictolisis
(resolución del conflicto) es un punto particular que no debe ser ignorado, a
pesar de que hasta ahora lo ha sido, con resultados fatales. El cambio de
inervación vegetativa de la simpaticotonía perdurable a la vagotonia perdurable
se efectúa con un poderoso ataque psíquico, cerebral-vegetativo y orgánico. En
el ámbito orgánico frecuentemente diagnosticamos fiebre, gripe o resfrío.
Cada enfermedad tiene su
conflictolisis (CL) muy específica. Hamer piensa que en el futuro, para las
enfermedades monocíclicas (enfermedad única, no combinada con otro DHS) se va a
hacer fácil encontrar la CL. Será más difícil cuando la situación sea un
“conflicto pendiente”, donde (aun) no hay CL. Un ejemplo de “curación pendiente”
es la enfermedad de Parkinson, en la cual el temblor (más que nada de las
manos) significa una fase de curación, pero el paciente sufre recaídas en
sueños, en la mayoría de las noches.
El paciente está en un
estado de curación:
Los síntomas externos son:
manos cálidas, desgano y fatiga, buen apetito, con el tiempo posiblemente
fiebre, vagotonia perdurable. Al momento que el doctor determina que el
paciente está en la fase de curación , todos los engranajes en su cerebro deben
trabajar a sobre-tiempo para descubrir cuanto antes en que fase de la etapa de
curación está el paciente. Debe identificar cuanto antes el momento exacto del
DHS y establecer la duración del conflicto para poder contestar las preguntas
siguientes:
¿Se encuentra el paciente
antes, sobre o después de la crisis epiléptica/epileptoide? ¿Para esta
enfermedad, tiene la dicha crisis alto riesgo de mortalidad? ¿Si se trata de
una enfermedad dirigida por el cerebro antiguo, sufre el paciente de una
tuberculosis o habría que tratar de inducir tal infección?
Es posible por otro lado,
que la curación del paciente esté ya muy avanzada, y específicamente sin
bacterias tuberculosas. En el caso de un cáncer intestinal por ejemplo, una
operación puede ser aconsejable para evitar obstrucción intestinal. Sin embargo
uno debe extirpar el mínimo en tal operación; no más de 15 cm del intestino grueso,
ó, si es técnicamente posible, sin riesgo de hemorragia, recortar el tumor. Se
ha probado que el lema de antaño de hacer una incisión que penetre profundamente
dentro del tejido sano para evitar posibilidades de metástasis es infundado y
absurdo.
Los tumores cerebrales:
Ambas fases tienen su FH en
el mismo lugar del cerebro pero muestran condiciones distintas: una así llamada
configuración de “anillos de tiro al blanco” en la fase de conflicto activo,
siempre con crisis demarcadas; y en la fase de resolución de conflicto (fase
pcl), como hinchazón. La hinchazón o edema del anillo interior se llama
“intra-focal”, y el edema del exterior se denomina “peri-focal”. Son estas sin
embargo apelaciones vagas para algo que en sí mismo es claro. Desde el
principio de la fase de curación, se hace posible normalmente teñir el cerebro
hasta cierto punto usando anilinas especiales. Al final de la fase de curación
encontramos (neuro)glia en el FH que está almacenada allí como señal de la
restauración de los nervios y sinapsis. Estos (neuro)gliomas, básicamente
inocuos, pero que fácilmente se tiñen con las anilinas en este estado,
generalmente se han designado como tumores cerebrales o metástasis, pero de
verdad solamente son FH en estado final de curación.
Enfermedades
cáncero-equivalentes u onco-equivalentes:
Para el cerebro antiguo no
hay onco-equivalentes, sino solamente cánceres y una fase de curación posterior
a la resolución del conflicto en la cual el tumor cesa de crecer y los hongos y
micobacterios, si los hay, comienzan a destruirlo.
Los órganos dirigidos por el
mesodermo cerebral (huesos, cartílagos, nódulos linfáticos, etc.) no tienen
onco-equivalentes tampoco, sino solamente cánceres en la forma de necrosis,
osteólisis, agujeros en los tejidos, ó, en resumidas cuentas; disolución o
degeneración de células, y, en aquellos casos positivos, donde hay resolución
del conflicto, una fase de curación con rellenar de las deficiencias de
sustancia.
Solamente se encuentra
enfermedades onco-equivalentes en las enfermedades dirigidas por el ectodermo
de la corteza cerebral, y aun allí, solamente una parte de esos órganos las
exhiben. Sin embargo, hay muchas.
La definición estipula:
Las enfermedades onco-equivalentes son enfermedades ectodérmicas dirigidas por la corteza cerebral que transcurren precisamente de acuerdo a las cinco leyes biológicas naturales, pero en vez de manifestar deficiencia celular o del parénquima (específicamente en vez de disolución celular) exhiben pérdida de funcionamiento. Las parálisis motrices caen en esta categoría, así como la diabetes, la insuficiencia de glucagon así como las pérdidas visuales y auditivas unidas a sus conflictos correspondientes. Tienen FH en el cerebro y, si ocurre una resolución de conflicto, fase de curación con sus síntomas y complicaciones (a veces fatales).
Las enfermedades onco-equivalentes son enfermedades ectodérmicas dirigidas por la corteza cerebral que transcurren precisamente de acuerdo a las cinco leyes biológicas naturales, pero en vez de manifestar deficiencia celular o del parénquima (específicamente en vez de disolución celular) exhiben pérdida de funcionamiento. Las parálisis motrices caen en esta categoría, así como la diabetes, la insuficiencia de glucagon así como las pérdidas visuales y auditivas unidas a sus conflictos correspondientes. Tienen FH en el cerebro y, si ocurre una resolución de conflicto, fase de curación con sus síntomas y complicaciones (a veces fatales).
Restablecimiento de función:
Incluso si las células del
órgano no se disuelven durante la enfermedad onco-equivalente, desde cierto
punto de vista parecen cambiar así como los centros cerebrales correspondientes
(FH) (p.ej. insuloma en el páncreas o insuficiencia de glucagon). A pesar de
estos cambios e incluso tras años de conflicto, estas células parecen ser
capaces de volver a la funcionalidad después de la resolución del conflicto.
El sistema ontogénico de los
microbios:
El Dr. Hamer afirma que la
biología de los humanos y de los animales ni carece de sentido ni tampoco de
principios sistemáticos; no existen los desarrollos cancerosos al azar, ni
tampoco los microbios accidentales que aparecen por casualidad. Sus
investigaciones han descubierto las siguientes leyes naturales:
1. La categorización de los
microbios: hongos - bacterias - virus – corresponde a su edad filogenética: los
más antiguos son los hongos, después las bacterias y filogenéticamente los más
jóvenes son los virus.
2. La categorización ocurre
conforme a la capa germinal correspondiente a los órganos en que funcionan:
* a) los hongos y
micobacterios trabajan en los órganos endodérmicos dirigidos por el tronco
cerebral
* b) los micobacterios y bacterias trabajan en los órganos mesodérmicos dirigidos por el cerebelo y las bacterias trabajan en los órganos mesodérmicos dirigidos por la médula cerebral
* c) los virus trabajan exclusivamente en los órganos ectodérmicos dirigidos por la corteza cerebral.
* b) los micobacterios y bacterias trabajan en los órganos mesodérmicos dirigidos por el cerebelo y las bacterias trabajan en los órganos mesodérmicos dirigidos por la médula cerebral
* c) los virus trabajan exclusivamente en los órganos ectodérmicos dirigidos por la corteza cerebral.
3. Todo microbio, sin
excepción se pone activo exclusivamente en la segunda fase, la fase curativa,
empezando con la resolución del conflicto (CL) y terminando al completarse la
fase curativa; no trabajan antes ni después. Antes existen como organismos apatogénicos.
Durante la fase de curación se les puede considerar patogénicos, y después de
la fase de curación, nuevamente apatogénicos.
4. Todos los microbios son
más o menos especializados, no solamente desde el punto de vista de los órganos
en que trabajan, sino también en el método y estilo de actividad.
* a) Los hongos y los
micobacterios son como un equipo de destrucción, vale decir destruyen
directamente los tumores dirigidos por el tronco cerebral (adeno-carcinomas) y
los tumores mesodérmicos dirigidos por el cerebelo (carcinomas adenoides); más
precisamente: caseinizan tumores controlados por el cerebro antiguo empezando
en el momento de la CL, si es que esta ocurre. Durante la normotonía, la fase
ca, simpaticotónica y nuevamente en la recobrada fase de normotonía (al final
de la curación), son apatogénicos, luego inofensivos. ¡De la misma manera, son
apatogénicos para todos los demás órganos!
· b) Las bacterias funcionan
como un equipo de limpieza para los órganos dirigidos por el mesodermo
cerebeloso y los órganos mesodérmicos dirigidos por la médula cerebral, vale
decir, trabajan en la totalidad del ámbito del mesodermo, pero con función que
se puede diferenciar. Destruyen los tumores adenoideos del mesodermo
cerebeloso, pero reconstruyen las disoluciones celulares de los órganos
dirigidos por el mesodermo medular, tales como necrosis (osteólisis, etc. – con
supuración, granulación, cicatrización). Su trabajo también comienza con la CL
y termina al finalizar la fase de curación, específicamente cuando comienza de
nuevo la normotonía.
· c) Los virus simplemente
son trabajadores de construcción o de reconstrucción. Pueden ocasionar
hinchazones serias durante el rellenar de úlceras o pérdidas de sustancia para
los órganos dirigidos por la corteza cerebral. Como otros microbios, solamente
son activos durante la fase de recuperación, En el caso de úlceras del epitelio
escamoso, la curación es mediada por virus, así como en órganos tubulares
(bronquios, arterias y venas coronarias, los conductos del arco branquial del
cuello, los conductos lácteos o los conductos hepáticos) que sufren obstrucción
temporal debido a la hinchazón. En principio lo mismo ocurre pero en forma
menos drástica cuando no hay virus, tal como en la hepatitis no viral.
5. Los microbios, nuestros
auxiliares y compañeros, son dirigidos por el cerebro. Los microbios han
trabajado por nosotros, no en contra nuestra, como fieles servidores durante
los billones de años de la evolución.
La terapia:
Como se ha explicado más
arriba, el Dr. Hamer ha integrado un sistema de diagnóstico y terapia de enorme
éxito. Y aunque este sistema vuelve a la medicina tradicional “patas arriba”,
no invalida muchas de sus prácticas o la mayor parte del conocimiento que ha
sido acumulado. Lo que ahora tenemos es una comprensión lógica de los vínculos
en todo este conocimiento así como conclusiones que son de apoyo para los
pacientes.
La TAC del cerebro de un
paciente en capas estándar actualmente es uno de los métodos de diagnosis más
poderosos. Así equipados, los pocos médicos que practican o están autorizados
para practicar la Nueva Medicina Germánica pueden deducir el estado presente en
la situación de una persona. El diálogo subsiguiente entre la persona y el
terapeuta puede llevar a lograr la resolución de aquellos conflictos que aun se
mantienen activos.
En cuanto a las situaciones
que surgen con la resolución del conflicto, en la fase de curación, el médico
será capaz de determinar la seriedad de la fase de curación y la crisis que
durante ella ocurre, y podrá dar ayuda terapéutica durante esta fase y para
mitigar los peligros que implica. Tanto la medicina como las terapias
alternativas están bien aperadas para ayudar en estas etapas, intentando
restituir la salud al organismo con la intervención mínima necesaria para
auxiliarlo en situaciones de peligro vital.
Es fundamentalmente
importante que el paciente entienda la forma en que el organismo funciona
realmente, y el cómo cooperar con su terapeuta-amigo para lograr recobrar la
salud.
Pueden visitar su web:
Orientar, expandiendo Conciencias*•.¸¸♥♥¸.•°`*.¸.*´´¯
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