La espiritualidad es la
aprobación total de la vida, la aprobación completa, la afirmación sostenida de
la existencia. Caben distintos modos de responder a esta pregunta. El autor de
esta nota dará la suya, intentando aportar ideas y respetando, claro está,
otras variables. Dado que la espiritualidad puede ser concebida como una forma
del amor, lo espiritual sería, en el tratamiento del tema, integrar visiones
más que volverse loco invalidando otras. Espiritual lleno de odio denunciando a
otros espirituales como falsos es espiritual sospechoso.
El término admite además muchos usos.
Puede sugerir religiosidad, sentimientos sublimes, elevación, música tranquila,
meditación, paz, templos, orientalismos. Son asociaciones legítimas, pero el
sentido de espiritualidad al que aludo en la primera frase de este artículo
tiene un carácter distinto. Si la espiritualidad es el amor supremo, digamos,
el amor por todo, no sería más espiritual la paz que la guerra, la meditación
que el rugby, la religión que la embriaguez etílica, la abstinencia que el
encuentro sexual.
La espiritualidad tiene que ver con
el sentido pleno, con la visión elevada, pero esa plenitud y esa elevación
convocan a una perspectiva que, si bien tiene su dificultad, no admite el
cultivo del reparo, la objeción y el reproche que suele caracterizar a muchos
planteos que se afincan en el campo de la espiritualidad buscando una pureza
imposible. O una pureza mal comprendida, ya que pureza no significa
necesariamente negación o alejamiento de la animalidad que somos, sino
comprensión del carácter trascendente, elevado, de esa animalidad.
Espiritualidad no es esperar o desear un mundo
en paz y sin problemas, o sea un mundo irreal e imposible, es más bien aceptar
el valor de esta complejidad indomable en la que vivimos sin poder evitarlo
Sí, es difícil la espiritualidad,
pero lo es porque es difícil la afirmación de la vida. Implica aceptarla de
manera general, no descartar sus aspectos negativos, entender el fenómeno
global y captar su necesidad y su valor. Si uno intenta el truco del descarte,
es decir, la intención de dejar afuera lo que no nos colma o gusta, ese recorte
supone también una incapacidad para la aceptación de lo real. Espiritualidad no
es realidad recortada, es realidad plena y asumida, totalmente integrada,
aceptada incluso al punto de constituir un desafío al que no resulta fácil
responder. Espiritual es ver más allá de las divisiones propias de la posición
existencial defensiva: esto no, aquello tampoco, lo otro de más allá menos. De
tanto no querer partes, al final no queda nada. El mundo fue vaciado de sentido
y el supuesto espiritual tiene que concebir una realidad imaginaria,
inaccesible, en la que nunca nadie podrá vivir, porque no existe.
Espiritualidad no es esperar o desear
un mundo en paz y sin problemas, o sea un mundo irreal e imposible, es más bien
aceptar el valor de esta complejidad indomable en la que vivimos sin poder
evitarlo, llegar a sentir un amor por el todo que reivindica aun las partes más
difíciles. Espiritual es ser capaz de un más acá tan inmenso y cargado de
sentido que elimina la necesidad de transformarse en fantasma y aspirar a un
más allá sin cuerpo.
No me parece correcto caracterizar la
espiritualidad en función del rechazo que suele describir: no es espiritual
estar en contra del consumismo, de la frivolidad, de la violencia, de la vida
moderna
Espiritualidad no es superación del
cuerpo, de la sensualidad, de la vehemencia del deseo. Es precisamente ese
cuerpo el que es espiritual, su comportamiento perfecto y problemático, su
despelotado rumbo, su sobrenatural forma de ser sólo naturaleza. Es esa
naturaleza la que, asumida, querida, plenamente abarcada, es espiritual. Es esa
naturaleza la que retumba desde el big
bang en una experiencia
inexplicable y sobrenatural, la que nos coloca en una existencia constantemente
lisérgica e incomprensible. Esa aceptación de lo irracional, esa comprensión de
que hay un límite para la explicación de los fenómenos y de que así y todo la
vida es maravillosa y no pierde sentido, es lo que me parece resume la posición
espiritual. Se trata de una capacidad de aquí y ahora, no de un constante
querer allí y antes o después.
No me parece correcto caracterizar la
espiritualidad en función del rechazo que suele describir: no es espiritual
estar en contra del consumismo, de la frivolidad, de la violencia, de la vida
moderna. Esa posición crítica, descontenta, encarna una visión poco elevada de
la existencia, expresa una incapacidad de vivir más que la aspiración a una
vida superior, es propia de una mirada pequeña, descontenta, encerrada,
enfurruñada, asustada. Espiritualidad es potencia, potencia tal que todo lo
asume y lo encarna. Si hay vida superior está acá, junto a nosotros, en
nosotros, es la vida cotidiana y corriente asumida como vida completa,
apreciada, integrada.
No hace falta tampoco dios, para ser
espiritual. Algunos opinan, y estoy de acuerdo, que toda versión de Dios en
realidad limita esta captación llena de sentido. Que Dios regula y recorta la
posibilidad de darnos a una vida insurgente y reivindicada. Lo mismo diríamos
de todo gurú, y los buenos gurúes lo saben y lo dicen: no soy yo el que
importa. Te servís de mi, al adorarme, como un paso a una autonomía que todavía
no lograste y que te va a dar finalmente la posibilidad de esa afirmación que
nuestro silencio busca. En palabras de Zaratustra: "Cuando hayas renegado
de mi, estaré entre vosotros".
Lo valioso de la espiritualidad es que se
define como un camino de búsqueda y crecimiento personal, que supera la
habitual mirada de reproche y descontento frente a la existencia y la
transforma en una posición de aceptación, comprensión, desarrollo y contento
O sea: para ser espiritual no hay un
camino único, pautado. No hace falta hablar de espiritualidad ni meditar ni
hablar pausado. No hay que escuchar voces trémulas ni teclados con cámara. Hay
tanta espiritualidad en Led Zeppelin como en Enya, en el desborde del jazz como
en el canto gregoriano o en el chamamé. Tampoco está contraindicada la música
quietista, depende de uno. La respiración y la quietud concentrada pueden
resultar recursos acertados para adquirir la perspectiva que nos hace ver, pero
se trata tanto de pájaros y de flores como de asfalto y antibióticos, de la
orilla del mar en el crepúsculo como del boliche del sábado a la noche o del
asado con amigos. Espiritual es darse cuenta de que la verdad está en todas
partes.
Lo valioso de la espiritualidad es
que se define como un camino de búsqueda y crecimiento personal, que supera la
habitual mirada de reproche y descontento frente a la existencia y la transforma
en una posición de aceptación, comprensión, desarrollo y contento. En ese
camino aparece alguien, ese es uno. Ese uno no debe fingir temblores, puede
aceptarse en su especificidad contradictoria, entender que la trascendencia no
proviene de aspirar a otro mundo sino de estar plena y tranquilamente (o no tan
tranquilamente cuando tocan vicisitudes) en este.
La espiritualidad es la visión
afirmativa plena y cada uno puede hacer su recorrido para llegar a ese punto de
renacimiento en donde a su existencia ya dada suma la asunción y la mirada que
reivindica todo, aun lo difícil, lo no querido, lo problemático del vivir como
parte del valor increíblemente grande de la insólita vida de la que
participamos. Aceptación, sorpresa, encuentro, maravilla de vivir y ser lo que
no tiene explicación pero es consistente y hace sentido.
El aporte de la espiritualidad es el
de situarnos en el eje de la vida concebida como una aventura y no como un
problema, como una posibilidad incierta, desafiante y extraordinaria, que nos
hace padecer y disfrutar y que la sabe ver como lo extraordinaria realidad que
es.
La clave para esta visión me la dio
el zen y también Nietzsche, que hablando de tradiciones indias explica que los
más espirituales son aquellos cuyo instinto dice sí, los más fuertes, los que
sienten de manera espontánea "el mundo es perfecto". Sí, es difícil,
es raro. No neguemos lo que esta oleada espiritual nos ayuda a pensar y a
elaborar. Sigamos conversando.
Orientar, expandiendo Conciencias★¸.•¸.•´¸.•
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