viernes, 7 de marzo de 2014

Dia Internacional de la Mujer una mirada diferente♥¸.•°`*.¸.*´´

El tema del Día Internacional de la Mujer este año 2014 según Naciones Unidas es “Igualdad para las mujeres: progreso para tod@s”. Y ciertamente este lema es una meta. Solo respetando la igualdad. La no discriminación. Las ideas de ambos, de hombres y mujeres, podrán tener valor, y servir para un progreso de la sociedad, en el que unas se apoyen sobre otras, donde se complementen.

La mujer con discapacidad merece un apartado en este especial, porque siendo mujer y por su discapacidad, tiene que enfrentarse a veces a una doble discriminación, y por ello, lleva implícito un hándicap por el que ha de esforzarse más para hacerse oír, para que sus ideas y su valía sean reconocidas.

VIOLENCIA CONTRA LA MUJER CON DISCAPACIDAD: UNA DISCRIMINACIÓN MULTIFACTORIAL


La discriminación que sufre la mujer con discapacidad es una discriminación compleja y multifactorial en la que a partir de las variables género y discapacidad, se suman de forma exponencial los factores discriminatorios que conllevan ambas.

La sociedad tiende a invisibilizar a la mujer con discapacidad por lo que la violencia que se ejerce contra ella también resulta invisible. La “normalización” de determinados tipos de violencia a los que se enfrentan estas mujeres en su día a día, incluidas las agresiones físicas, la violencia psicológica, las agresiones sexuales y la violencia estructural que se ejerce y/o que se permite desde el sistema, forman parte de un discurso asociado a las situaciones que acompañan a estas mujeres. Una violencia que en muchas ocasiones se ejerce en el seno de la propia familia de la víctima –bien por familiares, bien por sus parejas—así como por terceros –cuidadores o personal de los Centros donde residen.

La respuesta de la mujer con discapacidad ante estas situaciones, resulta a veces compleja pues la propia mujer no siempre es consciente de su papel de víctima, ya que asume esta normalización. A esto se unen otros factores como la falta de establecer relaciones sociales más allá de la familia, lo que implica una situación de aislamiento acompañada en muchas ocasiones por la falta de acceso a las fuentes de información, a las nuevas tecnologías y a los medios de comunicación, que representan una muestra de las barreras de acceso a las que la mujer con discapacidad ha de enfrentarse.
Unas barreras que dificultan a la mujer con discapacidad, una vez que es consciente de la situación que padece, el contar lo que le pasa y reaccionar en su defensa. Estas barreras, que dependerán en gran medida del tipo de discapacidad que presente la mujer, van unidas al hecho de que, en muchas ocasiones, la sociedad resta credibilidad a la mujer con discapacidad, algo preocupante y fuente de desmotivación para denunciar la violencia.
La dependencia económica, la afectiva, la emocional y la de cuidados, resultan también factores disuasorios para poner fin a determinadas situaciones de maltrato o abuso, así como la falta de alternativas, tanto laborales, como de vivienda o incluso de formación. Sin olvidar otras variables discriminatorias que pueden confluir en la mujer con discapacidad como es la edad, la maternidad o vivir en un medio rural, por ejemplo, que se van sumando de forma exponencial y que en muchas ocasiones pueden condenar a la mujer con discapacidad a situaciones agudas de exclusión social.
El resultado de todo ello es que la mujer con discapacidad tiene una mayor exposición a la violencia, siendo muy diversas las formas de ejercer esta violencia contra ella que van desde la negación de cuidados, la humillación, la estigmatización por la discapacidad, hasta la negación de derechos básicos como los derechos a disfrutar de la sexualidad o ejercer la maternidad, con atrocidades como el aborto coercitivo o la esterilización forzosa y la falta de comprensión en caso de lesbianismo o bisexualidad. Estas prácticas pueden producir un conflicto entre los roles tradicionalmente asignados a la condición de mujer y la negación de los mismos por tener la discapacidad.

El trabajo presentado por el GETS, es un primer paso para tratar de dar visibilidad a la mujer con discapacidad, pero queda mucho camino que recorrer y urge trabajar para erradicar un problema arraigado y en cierta forma consentido socialmente y cuya solución ha de pasar por abordar la discapacidad desde una perspectiva de género, y hacerlo teniendo en cuenta la heterogeneidad que lleva aparejada la propia discapacidad.
Pilar Gomiz
 Orientar, expandiendo Conciencias en este Día Internacional de la Mujer♥¸.•°`*.¸.*´´

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