Dr. Carlos Alberto Cardeño Castro
/ Médico Psiquiatra / Hospital Universitario de San Vicente Fundación
La tercera edad no supone un
pare en la vida de la persona, sino más bien un proceso continuo de crecimiento
en el que los mayores siguen ocupando un lugar en la sociedad y desempeñando un
nuevo rol.
El equilibrio afectivo en esta
etapa pasa por la aceptación de uno mismo, de los fracasos y de los logros
conseguidos. Es el momento de seguir planteándose nuevas metas y nuevos
intereses. Nunca debemos olvidar que mientras se vive se conserva la capacidad para
disfrutar de los placeres que la vida nos ofrece.
Siempre se ha creído que cuando
se envejece, hay una desconexión de la sociedad por la ruptura de las
relaciones sociales, por el cese de las funciones y por una reducción de la
exigencia productiva a la persona. La tercera edad así planteada, puede
percibirse como una pérdida, y esa ruptura en lo que respecta a las relaciones
sociales, está determinada por la conjunción de una serie de factores tales
como el alejamiento de las relaciones personales establecidas en el trabajo
(con la pérdida del rol laboral), la carencia afectiva percibida en cuanto a la
relación con los hijos (nido vacío), y la escasez en lo que se refiere a las
relaciones con parientes y amigos que se van dejando como consecuencia de la
distancia o la muerte. Así vista, la vejez implicaría una transición negativa
hacia la soledad y el desconcierto, pero nada más alejado de la realidad, para
su adecuada adaptación es necesario reestructurar muchas rutinas diarias y
reorientar pensamientos y comportamientos para una mejor integración y
socialización en la etapa que se está viviendo.
¿Qué pasa con el matrimonio?
En la edad avanzada también se
valora el compañerismo y la expresión abierta de los sentimientos, como también
el respeto y los intereses comunes. La nueva libertad llega en cuanto es
posible apartarse de los roles de sostén de la familia y de la crianza de los
hijos, y se puede disfrutar de modo creciente de la compañía del otro. Además,
la capacidad de las personas casadas para manejar los altibajos de la edad
adulta tardía con relativa serenidad puede resultar de su mutuo apoyo. Esto
refleja tres beneficios importantes del matrimonio: intimidad (sexual y
emocional), interdependencia (compartir tareas y recursos), y sentido de la pareja
de pertenecer uno al otro.
El éxito de un matrimonio en la
edad adulta tardía puede depender de la capacidad de la pareja para adaptarse a
los cambios de personalidad de la edad, los cuales con frecuencia llevan a
hombres y mujeres en direcciones opuestas. Los matrimonios de edad avanzada por
lo general se ponen a prueba por las dolencias de salud de uno de los cónyuges.
Las personas que deben cuidar de su pareja incapacitada pueden sentirse
aisladas, enojadas y frustradas, sobre todo cuando ellos mismos tienen precaria
salud. Cuidar a un cónyuge que padece una enfermedad crónica incapacitante, que
exige de manera especial, puede dar como resultado un sentido de pérdida. Tanto
la personalidad como el desempeño externo influyen en la manera como los responsables
del cuidado pueden adaptarse a las exigencias que se les presentan. Aquí es
fundamental entender que a pesar de esto es necesario no perder la identidad y
actividades propias, dedicar tiempo a uno mismo y distribuir tareas.
La familia
La familia tiene también un
papel muy importante, sobre todo en el ámbito de las relaciones socioafectivas
ya que es la más idónea para proporcionar sentimientos de arraigo y seguridad,
ofrecer sentimientos de capacidad, utilidad, autoestima, confianza y apoyo social.
La vida de la mayoría de los
individuos de edad avanzada se enriquece por la presencia de personas que
cuidan de ellos y a quienes éstos sienten cercanos. La familia es todavía la
fuente primaria de apoyo emocional, y en la edad avanzada tiene sus propias características
especiales. Ante todo es probable que sea multigeneracional. La mayoría de las
familias de las personas de edad avanzada incluyen por lo menos tres
generaciones; muchas alcanzan cuatro o cinco. La presencia de tantas personas
es enriquecedora. La larga experiencia de afrontar tensiones puede dar
confianza a estas personas en el manejo de cualquier situación que la vida
ponga en su camino, y hacen que se conviertan en referentes y brindadores de
experiencias. Los abuelos cumplen una función de continuidad y transmisión de
tradiciones familiares, culturales y sociales.
Jubilación
Si durante un gran porcentaje de
nuestras vidas la mayor ocupación de nuestro tiempo es el trabajo y por tanto
es en él donde desarrollamos gran parte de nuestras relaciones sociales, se
hace necesaria una adecuada planificación de la jubilación, no en el estricto
sentido económico. Es importante realizar actividades con las que realmente
se sienta identificado y dónde sobresalgan sus capacidades. Es el momento
de disfrutar el tiempo libre. Mírelo como una recompensa. Jubilarse y envejecer
no justifica que nos retiremos de la vida social sino que por el contrario,
implica una forma diferente de participación, indispensable para nuestro propio
crecimiento y el de nuestra familia.
Actividad y vida social
Hacer cosas que nos hagan sentirnos
útiles, ayuda a vivir y es una forma también de salud: la motivación de
servir para algo o para alguien es un motor muy grande para seguir adelante. La
capacidad para hacer aprendizajes nuevos no está determinada por la edad. La
creatividad no disminuye con el paso del tiempo. La persona mayor debe
mantenerse físicamente activa, cuidar la alimentación, mantener y desarrollar
relaciones de amistad y, a la vez, sentirse querida y respetada.
Con la edad, los individuos regulan
también mejor sus propias emociones cuando algo o alguien les enfada o molesta.
Asimismo, las personas mayores cuentan con otra ventaja: suelen tener más
opciones que las jóvenes de elegir con quiénes se relacionan porque
normalmente, ya no tienen que acudir a sitios de trabajo en los que las
relaciones interpersonales se imponen por razones ajenas al deseo personal. Por
último, las personas mayores cuidan y valoran más cada momento.
Sexualidad
La negación de posibilidades en la
tercera edad se debe a nuestros mitos y creencias socioculturales, los cuales
en ese sentido pueden causar mucho daño. Una de las negaciones más importantes
la constituye la sexualidad. Los seres humanos nacemos y morimos con la misma
sexualidad: lo único que acontece en esta etapa de la vida son ciertos cambios
en cuanto a sus objetivos y a la forma de desarrollarla. Pero la capacidad de
disfrutar de esa esfera de la vida permanece intacta, ya que sexualidad no es
sinónimo de acto sexual genital: es toda la parte afectiva, emocional.
Con la edad, es más frecuente una
disminución de la sexualidad pero en términos de frecuencia y vigor de las
relaciones.
Una de las causas importantes en la
disfunción sexual es la sociocultural, el miedo y la ansiedad a “fallar”. Tal
como se ha dicho, existen multitud de prejuicios en esta etapa en relación con
la sexualidad, que inciden de manera directa o indirecta en la respuesta
sexual, pero al margen de esto, es importante señalar que el potencial sexual
existe toda la vida, aunque sí existen cambios en la respuesta sexual tanto en
el hombre como en la mujer.
¿Qué puede afectar la vida sexual en la
adultez?
·
La
salud física o mental: propios de la edad que modifican la forma de hacer las
cosas o enfermedades que pueden limitar su capacidad de maniobra
·
La
falta de pareja o una actitud de oposición por parte de la pareja a mantener
relaciones sexuales
·
La
monotonía de las relaciones, normalmente asociada a dificultades de
comunicación sobre un tema “tabú”
·
Ciertas
actitudes negativas y productoras de ansiedad ante cambios fisiológicos
normales: la disminución de estrógenos tras la menopausia en las mujeres
conlleva una importante reducción de la lubricación vaginal que puede ocasionar
dolor si no se utilizan lubricantes, o la ansiedad causada por la mayor
dificultad del hombre para conseguir erecciones
·
La
aparición de actitudes inhibitorias asociadas al alejamiento de los cánones de
belleza social y al sentimiento de no sentirse atractivos/as
·
El
más que probable estrés asociado a la pérdida de la pareja, al deterioro de la
red social y del nivel socioeconómico, o los problemas de salud en la familia
que afectan transitoriamente al interés sexual
¿El deseo sexual desaparece con la
edad?
Hombres y mujeres sufren
cambios fisiológicos que condicionan la práctica del sexo y la
sexualidad, pero el deseo sexual no desaparece y en muchas ocasiones
la pérdida del deseo se debe a ciertos factores psicológicos o
falsas creencias. Todas estas alteraciones tienen solución gracias a eficaces
tratamientos que ofrece la medicina actual, pero para disfrutar plenamente del
sexo se requiere sobre todo un cambio de mentalidad y aceptar los cambios
propios de la edad.
El apetito sexual acompaña al
ser humano hasta su muerte y muchos estudios demuestran que la líbido no sólo
permanece, sino que en algunos casos aumenta a lo largo de la vida. Esto puede
crear situaciones contradictorias entre lo que una persona de edad avanzada
desea y lo que puede realizar. Sí es verdad que con la edad se producen ciertos
cambios en la respuesta sexual que pueden afectar al placer. Con un tratamiento
asesorado estas dificultades se pueden disminuir.
¿Los problemas de salud hacen que no
pueda tener relaciones?
Los problemas de salud pueden
limitar, pero en la gran mayoría de los casos ello no significa ser
invalidante para llevar una vida sexual activa. Los hallazgos indican que las
personas mayores disminuyen la práctica sexual orientada al coito y hacen más
hincapié al placer, las caricias y formas de sentir. En realidad, en cuanto a
la vivencia de la sexualidad para los mayores, se pierde con los años actividad
sexual en términos de cantidad pero se gana en calidad.
Es de esencial importancia, el
nivel de actividad sexual a lo largo de la vida. Cuando se ha llevado una
actividad frecuente y vigorosa en años anteriores, se mantendrá una sexualidad
activa en los años maduros.
También es de vital importancia
la reeducación. Una información adecuada de los cambios que se producen en la
vida sexual en la edad adulta es fundamental para gozar con tranquilidad y
bienestar de estos años, derrumbando así viejos mitos y prejuicios que sólo
infundan miedos y restricciones.
¿Cuentan las emociones?
La sexualidad con frecuencia
implica un equilibrio delicado entre los aspectos emocionales y físicos. La
forma en que usted se siente puede afectar lo que es capaz de hacer.
¿Qué puedo hacer para mejorar las
relaciones afectivas?
·
Hable abiertamente con su médico, o solicite consejería. Con frecuencia
los profesionales de la salud pueden ayudarle.
·
No se culpe a sí mismo de cualquier dificultad sexual que puedan tener
usted y su pareja. Es posible que desee hablar con un terapista acerca de ello.
Si en la pareja, el hombre tiene problemas de impotencia o la mujer parece
estar menos interesada en el sexo, ni él ni ella deben suponer que para su
respectiva pareja ya no tienen atractivo. Puede haber muchas causas físicas de
sus problemas.
·
Recuerde que el sexo no tiene que implicar necesariamente el acto
sexual. Haga de su pareja la prioridad. Póngale atención a sus necesidades y
deseos. Tómese el tiempo para entender los cambios que ambos están
experimentando. Experimente. No se afane, puede ser que usted o su pareja
necesiten dedicarle más tiempo al encuentro sexual.
·
Para mantener una vida social activa asista a centros comerciales,
inscríbase en grupos para la tercera edad, tome clases para adultos en una
escuela de la comunidad o participe en paseos de un día, etc.
·
Siga un estilo de vida saludable: haga ejercicio, mantenga una buena
alimentación, beba suficiente cantidad de líquidos como agua o jugos, no fume y
evite el alcohol. Procure reducir el estrés en su vida. Visite a su médico con
regularidad. Y mantenga una visión positiva de la vida.
·
Comparta
los momentos más valiosos de la vida con su pareja y familia, sin renunciar por
ello a tener su propio espacio o a hacer lo que más le guste.
·
Dialogue
con sus hijos y familiares si se siente solo. Puede apoyarse en los recursos
institucionales y servicios sociales.
Fuente: http://www.elhospitalblog.com/
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Las imágenes y fotos que ilustran la nota, las he
encontrado en la web. (Internet). Si alguna es tuya y deseas que la
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