sábado, 6 de marzo de 2010

VIPASSANA....Tabdar


ay cientos de métodos de meditación pero quizás el vipasana tiene un status único, del mismo modo que ha habido miles de místicos; pero Gautama el Buda es una singularidad en sí mismo. Es incomparable; de muchas formas ha hecho más por la Humanidad que ningún otro. De muchas maneras su búsqueda de la verdad fue más sincera, más auténtica que la de ningún otro.
Esta es la meditación a través de la cual Gautama el Buda se Iluminó. La misma palabra, vipasana, en pali, la lengua en la cual Gautama el Buda habló... El sentido -el sentido literal- de la palabra es «mirar» y el sentido metafórico es «ver», «observar».

Gautama el Buda escogió una meditación que puede ser llamada la meditación esencial. Todas las demás meditaciones son diferentes formas de observación, pero «el observar» está presente en toda clase de meditación como una parte esencial; no puede ser omitido. Buda ha suprimido todo lo demás y se ha quedado sólo con la parte esencial: el observar.

Hay tres pasos en la observación.

Buda es un pensador muy científico. Empieza con el cuerpo, porque es lo más fácil de observar. Es fácil observar mi mano moverse, mi mano alzarse. Puedo observarme a mí mismo paseando por la calle, puedo observar cada paso mientras camino. Puedo observar cuando yo estoy comiendo. O sea, que el primer paso en el vipasana es observar los actos del cuerpo, que es el paso más sencillo. Cualquier método científico empezará siempre por lo más simple.

Mientras se observa el cuerpo te asombrarás con nuevas experiencias. Cuando mueves la mano observando, estando alerta, conscientemente, notarás una cierta gracia y un cierto silencio en esa mano. Puedes hacer los movimientos sin observar; será más rápido, pero perderá la gracia.

Buda acostumbraba a pasear tan despacio que muchas veces le preguntaban porqué andaba tan lentamente. El decía, «Es parte de mi meditación. Siempre caminar como si estuvieras adentrándote en un río de agua fría en invierno... despacio, alerta, porque el agua del río está muy fría; alerta porque la corriente es muy fuerte; observando cada uno de los pasos porque puedes resbalar con las piedras del río».

El método es siempre el mismo, sólo el objeto cambia con cada paso. El segundo paso es observar la mente. Ahora puedes moverte en un mundo más sutil: observa tus pensamientos. Si has sido capaz y has logrado observar el cuerpo no va a haber ninguna dificultad.............
Mirando el corazón, la experiencia será que ahora nada te posee. La tristeza viene y se va, tú no te pones triste. La felicidad viene y se va, tú no te vuelves feliz tampoco. Todo aquello que se mueve en las profundas capas de tu corazón no te afecta a ti para nada. Por primera vez empiezas a probar algo de lo que es ser un Maestro. Ya no eres más un esclavo al cual se puede empujar y tirar de aquí y de allá, al que cualquier emoción y cualquier sentimiento, al que cualquiera puede molestar por cualquier trivialidad.

Cuando te conviertes en un observador del tercer paso, te convertirás por primera vez en un Maestro: nada te molesta, nada se apodera de ti; todo quedará lejos, muy abajo, y tú estarás en la cúspide de la montaña.

Estos son los tres pasos del vipasana. Estos tres pasos te llevan a la puerta del templo, que está abierta.

Cuando te has convertido en un perfecto observador de tu cuerpo, de tu mente y de tu corazón, entonces ya no puedes hacer nada más; entonces debes esperar.

Cuando la perfección es completa en estos tres pasos, el cuarto paso sucede por sí solo como recompensa. Es un salto cuántico del corazón al ser, al centro mismo de tu existencia. Tú no puedes hacerlo; sucede. Has de acordarte de esto.

No intentes darlo, porque si intentas dar este paso, ten por seguro que fracasarás. Es un suceso. Tú preparas tres pasos, el cuarto paso es una recompensa de la existencia misma; es un salto cuántico. De repente, tu fuerza vital, tu observación, entra en el centro mismo de tu ser.....
Has llegado a casa....
Gracias Ctro Oshoakeed-
Abasto
Bs As
info@oshoakeed.com.ar

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