El Alzheimer es una enfermedad muy frecuente sobre los 65 años de edad, aunque puede afectar a personas más jóvenes. Esta enfermedad produce grandes cambios en la vida familiar de las personas, sobretodo para los seres que rodean al enfermo, que sufren emocional y económicamente las consecuencias de esta patología....
El Alzheimer no tiene cura, pero algunas pautas que podemos incorporar a nuestra vida diaria pueden ayudar a prevenirla o a retardar los síntomas que se van produciendo, mejorando la calidad de vida de las personas.
Algunas medidas que podemos tomar son:
•Reducir la ingesta de grasas saturadas y grasas trans: los alimentos que contienen altos niveles de grasas saturadas y grasas trans, como la carne roja, hacen que el colesterol y los triglicéridos se acumulen en el torrente sanguíneo, formando verdaderos coágulos en las arterias. Esto dificulta el transporte de oxígeno a las células del cerebro, generando más daño a nivel cerebral, que empeora el mal de Alzheimer.
•Comer verduras y frutas: las verduras y las frutas contienen una gran cantidad de nutrientes, vitales para el funcionamiento de nuestro organismo. Si faltan los nutrientes se producen desequilibrios de todo orden, viéndose muy afectado el cerebro, que requiere muchos nutrientes para funcionar.
•Comer pescado: los peces de agua fría son la mejor opción, ya que contienen altas cantidades de ácidos grasos Omega 3, que ayudan a reducir el colesterol y los triglicéridos en la sangre. Además ayudan al fortalecimiento del sistema inmunológico, así como combaten la formación de radicales libres, que producen alteraciones asociadas con el envejecimiento cerebral.
•Reducir la ingesta de alcohol: si bien el consumo moderado de alcohol ayuda a mejorar la circulación de la sangre, su consumo excesivo causa trastornos cerebrales e incrementa el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
•Reducir las calorías extra: al envejecer, las células del cuerpo son dañadas por la oxidación, lo que se genera a través de reacciones químicas que se producen al haber un exceso de calorías, entre otras cosas. La dieta baja en calorías ayuda a que el organismo funcione mejor que con una dieta normal.
•Ejercicio: el ejercicio moderado ayuda a mejorar la circulación de la sangre y aumentar el oxígeno, lo que es vital para nutrir a las neuronas y para evitar la pérdida de memoria.
Con estas medidas podemos ayudar a prevenir el Alzheimer, o a mantener las capacidades cognitivas si se sufre. Esto combinado con el tratamiento que dé el médico ayudará a que, tanto el enfermo como sus familiares, tengan una mejor calidad de vida.
Envío de la Dra Marian Sassone
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