El Seitai constituye una educación corporal que se fija en la capacidad del organismo de autorregularse y fomenta una implicación activa en el mantenimiento y el cuidado de la salud....
Fue creado en los años cuarenta por Haruchika Noguchi (Japón, 1909-1976), quien, tras veinte años de ejercer como terapeuta reorientó su práctica profesional hacia el terreno educativo.
El organismo humano, como el de cualquier ser vivo, trata en todo momento de encontrar un equilibrio interno que le permita realizar sus funciones vitales, manteniendo y desarrollando su propia vida.
Dado que estamos sometidos a muchos estímulos, sean éstos internos o externos, de naturaleza psíquica o física, el movimiento y el cambio son constantes en el organismo. Bostezamos cuando estamos cansados o aburridos, suspiramos tras aguantar alguna situación, si entra polvo en los ojos aparece el lagrimeo, estornudamos si se obstaculizan las fosas nasales, etc. Estos actos involuntarios, sencillos y cotidianos, se rigen por un deseo o necesidad de equilibrio interno.
A veces la expresión intensa de este deseo se manifiesta en diferentes síntomas (fiebre, dolor, tos, etc…) que acostumbramos a ver unívocamente como algo negativo, sin reparar en el papel que juegan como reajuste corporal.
El cuerpo humano se autorregula ...
Lo hace constantemente, pero la expresión vigorosa de esta capacidad, sólo es posible en un cuerpo sano.
Un cuerpo sano posee elasticidad interior, es decir un amplio poder de contracción y distensión.
Si atendemos al movimiento corporal vemos que éste se realiza mediante la tensión y la distensión muscular.
Sabemos, que mediante el ejercicio físico o el deporte, la musculatura se desarrolla. Sin embargo, una tensión sostenida produce un cansancio parcial que, si no se resuelve, merma la amplitud de extensión y contracción del músculo, endureciéndolo y agarrotándolo. La pérdida de flexibilidad que esto conlleva se percibe, al tocar el cuerpo, como endurecimiento y también como una flojedad especial…
La manera de sentir, de expresarnos, de percibir y reaccionar ante el mundo, de concentrar y dispersar la energía, de cansarnos, es inseparable de esta participación corporal, tanto de la más visible (la postura que adoptamos) como de la menos (el movimiento interno de los tejidos).
El uso parcial del cuerpo, genera una tensión parcial (TP), que se localiza en unas zonas bien concretas.
El Seitai propone observar y aprender de ésta dinámica fundamental de la vida: la creación de TP y la regulación espontánea.
Cuando la atención consciente se dirige llanamente hacia el movimiento espontáneo, el organismo recupera una sensibilidad que le es propia. Podemos entonces apreciar de forma directa, sin la interposición de conocimientos e ideas a priori, el estado real del cuerpo, su necesidad y deseo. Sentimos cada vez más la fluidez o el bloqueo de este movimiento interno, sea a través de la respiración, de la tensión y distensión muscular, de la imaginación o del pensamiento. A la vez surge la necesidad de recuperar una mayor fluidez allí donde sentimos bloqueo.
Esta sensibilización la ejercitamos a través de unos métodos prácticos, que suponen ir más allá de un planteamiento puramente filosófico de entender la vida.
El Seitai, puede revertir en la manera en que afrontamos muchos temas significativos de nuestra vida, tanto en el tema de la salud, como, por ejemplo, en el del embarazo y el parto, la educación de los niños, la relación con los demás, etc...
El Seitai, pues, nos invita a aprender del cuerpo, como agente y soporte de la misma vida, como impulso energético, como ánimo, y no como algo puramente físico que utilizamos o manejamos.
De esta manera nos acercamos a eso que sentimos como algo más próximo e íntimo, en la confianza de que se exprese con mayor plenitud….
ORIENTAR…expandiendo Conciencias
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