domingo, 2 de mayo de 2010

"La música y danza sufíes como vehículo espiritual",

"Camina hacia el pozo.
Gira como giran la tierra y la luna,
alrededor de aquello que aman.
Todo lo que se mueve en círculos
proviene del centro"
Mawlânâ Rûmî (m. 1273)

-Cecile Houe-
Juan Goytisolo escribía: "Los derviches giran como peonzas, sus túnicas forman anillos saturnales, el blanco torbellino de los pliegues deviene levitación". En efecto, el derviche es como una peonza que gira tan veloz que parece inmóvil. El samâ', la danza derviche del giro, expresa la cosmovisión no dualista del sufí: la unicidad absoluta de la realidad. Dando vueltas veloz, girando sobre sí mismo, el derviche llega a ser lo que en verdad es y siempre ha sido, sin esfuerzo alguno, sin conflicto, sin dualidad. En el fragor del giro, el derviche experimenta la unidad más absoluta, superando la lógica común que percibe las cosas en términos opuestos: en este caso, de movilidad e inmovilidad. Hasta las oposiciones que damos por más ciertas se reabsorben en la unidad absoluta del giro derviche. El sufí, que permanece inmóvil en el corazón de la danza, percibe en su giro imparable la esencia única de la inmovilidad y el movimiento, que no son sino acentos distintos de una misma y única realidad; y lo percibe desde su centro interior, libre de contradicciones. Y es que la inmutabilidad perfecta del derviche que gira no difiere en nada de quien permanece en la inmovilidad física más absoluta....."
Halil Bárcena

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